martes, 26 de mayo de 2015

Viviendas en la calle María Coronel, Sevilla_ Cruz y Ortiz

Sobre un solar de forma muy irregular en el centro histórico de Sevilla debía construirse un edificio de 12 apartamentos. Su entorno urbano, de grandes manzanas de parcelas irregulares queda caracterizado por la proximidad de importantes conventos, el Palacio de Dueñas y por iglesias.
El caserío tradicional, y más en concreto la casa patio, mantiene una clara presencia como tipología residencial dominante.
El ayuntamiento, buscando aliviar la densidad del casco antiguo, obligaba a que las nuevas construcciones dejasen libre un 25% del suelo, ciñéndose al plan de reforma interior del casco antiguo de 1968.
Es cierto que el planeamiento restringe severamente la libertad de actuación en los centros históricos de las ciudades andaluzas. Esto quizá sea por controlar modos abusivos de colonización de los solares. Parece que estas restricciones solo dan lugar a construir tipos de viviendas muy encorsetados y rancios.
La casa de la calle María Coronel se ha convertido desde su finalización en 1976 en la prueba de que es posible hacer una arquitectura de interés aceptando los límites que impone la más cruda realidad.
El modelo de intervención en el tejido residencial de la ciudad histórica sevillana que proponen las viviendas de Doña María Corornel se ve refrendado en las Viviendas en la calle Lumbreras, viviendas en calle Hombre de Piedra y viviendas en Plaza de los Marteles, todas ellas viviendas sociales (escasez de medios y dimensiones).
Los Antonios enseguida causaron sensación con este proyecto al más puro estilo  de la Tendenza italiana (entendimiento de la ciudad en las relaciones espaciales entre la calle y el espacio interior, en su coherencia entre el proyecto y su construcción, y en la sutil belleza de su espacio interior) pero con una diferencia, que estábamos en España y que la obra finalizada era sobradamente realista.
Se construye un patio arriñonado que unifica la composición a pesar de los dispares contornos del edificio, y entorno a él se organizan las viviendas.
Los arquitectos respetan y regularizan con un “círculo arriñonado” intentan hacer un lugar, un sitio donde estar, un sitio para olvidarse de las irregularidades de las fincas colindantes y disfrutar de esa modesta severidad que le queda al patio de los espacios públicos.
La utilización del patio entronca con la tradición de la casa de vecindad con patio (caserío tradicional), los corrales sevillanos, la fachada que pasa bastante desapercibida y el interior es un mundo volcado a un volumen libre.
La simplicidad de la planta, de líneas perpendiculares a la fachada y paralelas a las medianeras, se ve reforzada por contraste con el complejo trazado del patio. El vacío resuelve la organización del edifico, delimitando las zonas a ocupar por las viviendas, facilitando la situación de las escaleras e incluyendo en planta baja el acceso de vehículos al sótano y el de vecinos a los portales.
Se construyó como promoción libre sin bonificaciones fiscales. Consta de un total de cinco plantas, una de ellas bajo rasante.
En planta baja se localizan la portería, la sala de servicios generales de la finca, una accesoria destinada a oficinas y dos viviendas. Hay tres viviendas por planta en plantas primera, segunda y tercera, quedando en la planta ático un local para la comunidad de propietarios. La planta bajo rasante está destinada al aparcamiento de vehículos.
El edificio se caracteriza por la forma de su patio, arriñonado, que racionaliza la ocupación de la difícil parcela retomando la manera tradicional de construir la ciudad mediante espacios construidos en torno al patio entendido como estancia. En la misma línea, el patio establece una relación con la calle siendo su espacio más representativo.

El acceso peatonal y de vehículos coinciden comunicando ambos con el patio, que facilita por su geometría el giro para la bajada al sótano y desde el que se accede a dos viviendas, A y B. Un núcleo de comunicaciones verticales, de escalera y ascensor que discurren de sótano a ático, da paso a las viviendas A y B de cada planta, mientras que una segunda escalera, de baja a tercera, sirve a la vivienda C.
Las viviendas A y B presentan fachada a la calle Doña María Coronel y al patio, mientras que la vivienda C sólo lo hace al espacio libre interior. Dos patios menores, de luces, completan la descripción en planta del edificio.
La fachada a la calle dispone de un zócalo que abarca las plantas baja y primera, de ladrillo visto macizo que será también protagonista en el interior del patio. Las dos plantas superiores se componen con huecos rectangulares que mantienen una adecuada relación con la calle.
Es, como se ha indicado, el espacio interior el que asume el protagonismo espacial del edificio.
Conclusión: contorno condicionado,  puesto que esta contenido entre medianeras; patio rígido ya que se adapta a la distribución interior de la vivienda.
Comentario final: La casa, una buena pauta para la vida doméstica (subversiva), un ejemplo que sorprendió más por lo que había conseguido ver a muchos que por su arquitectura.



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